miércoles, 29 de febrero de 2012
Cabo Polonio
Hoy he descubierto cómo se puede llegar del paraíso al infierno en un mismo lugar en el transcurso de 6 horas.
Ayer por la tarde llegamos a Cabo Polonio, un pueblecito pesquero de apenas 200 ranchos que sobrevive sin luz eléctrica y que de noche sólo está iluminado por un faro, cada 12 segundos.
Decidimos llegar al pueblo por la costa en lugar de atravesar las dunas, pera a pesar del idílico paisaje, contraste de montículos de arena, rocas, mar y tapiocas en la orilla, agradecimos liberarnos de la mochila tras 7 km de travesía.
Qué puesta de sol desde las rocas de Cabo Polonio. Fueron cuarenta y cinco minutos de observación increíbles. Sin hablar. En ocasiones intentado captar con una cámara de fotos la gama de colores, amarillo, naranja, violeta, púrpura, que se teñía en las nubes. Aunque sabiendo que plasmarlo en instantáneas era un vano intento.
Ensimismadas, nos adentramos en el centro del pueblo, donde las casetas de ropa, tortas fritas y boliches comenzaban a llenarse de velas. Sentadas en una explanda de hierba en medio de la arena, unos espontáneos con guitarra y violín comienzan a amenizarnos.
Nos parece imposible que tan solo una carretera nos conecte con la realidad.
Y ahí sentadas, escuchando, las estrellas aparecen dejando apenas espacios oscuros en el cielo. En contra de lo habitual, firmamento iluminado, total oscuridad en la tierra. El paraíso.
Tras encontrar techo bajo uno de los puestecitos del Polonio, extendemos los sacos de dormir aún sin saber cómo agradecer la inspiración de visitar ese magnífico lugar.
05.30 de la mañana: el infierno. Un trueno nos despierta y su inmediato rayo augura lo peor. Tras constatar que estamos bajo una lona y, cubiertas con las empapadas toallas, nos resguardamos bajo un techo de piedra.
Polonio no nos puede estar haciendo esto.
Nos dormimos tiritando y el percal de esta mañana es desalentado. Sacos aún húmedos, llenos de arena y hormigas. De la ropa de abrigo con la que pensábamos sobrevivir tres días más en nuestra excursión a Punta del Diablo, mejor no hablar.
Así que contrastado el pronóstico del tiempo de los próximos días, decidimos volver a Piriápolis, aún tiritando.
Y es en ese momento cuando llega la desilusión, la impaciencia y la irritabilidad de las grandes expectativas frustradas.
Y aquí estamos de vuelta. No hay nada como una ducha de agua caliente para relajar el cuerpo y unas canciones de Enya para relajar la mente, lo más necesitado en estos casos.
Sara me decía hace unas horas que al recordar nuestro plan fastidiado, reiríamos. No la he creído.
Ahora sin embargo, sonrío.
Porque habiendo seguido con el plan no hubiéramos conocido a los artesanos boliuruguayo y chilena que nos han amenizado la espera del colectivo con una guitarra y canciones de ´´La Polla´´.
Ni a Rodrigo, peón que ha compartido con nosotras la parte trasera de una furgoneta cuando le han suspendido el trabajo por la lluvia. Ni al camionero que nos ha trasladado 100 km de Rochas a Pan de Azúcar, dejándonos dormir cuando la agotadora noche ha comenzado a hacer estragos. Ni al jubilado pescador, con un hijo de 23 años con cáncer linfático, que nos ha llevado hasta la puerta de casa. Según afirmaba: ´´No hay que tener miedo de recoger a mochilero. Me pueden matar acá, allá, en cualquier parte. No hay que tener miedo de esto, porque en realidad es el mundo lo que nosotros nos estamos cargando.´´
Este ha sido el trayacto de cuatro horas en cuatro vehículos diferentes.
Y sí, sonrío, porque de paraíso-infierno-paraíso hay un solo paso. Y es este el que convierte a este continente en mágico y nos tiene enganchadas.
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aaaiiiiiiii!!!!espero que vayas contando vuestras aventurillas por aqui así no pierdo detalle!!!!! :) Anna.
ResponderEliminarAnurriis! claro que sí, por aqui sabréis algo de nuestras aventurillas... >)
EliminarQue bien escribes, es cierto que , a veces, en unos segundos puedes pasar del paraíso al infierno. Lo importante es levantarse, seguir y, como bien dices, sacar los aspectos positivos.
ResponderEliminarSeguid escribiendo, que ya me tenéis enganchada. Un beso. Carme
Gracias Carme!
EliminarUn besito muuuy fuerte!
Encara que el viatge va ser llarg, segur que l'esteu disfrutant. És cert que a la província de Misiones l'aire, la gent, la terra,... és diferent i tropical. Seguiu gaudint del camí i sempre endavant. Sóc una fan del vostre blog, avui els he llegit trossos als nens, seguiu escrivint que ja ho estic esperant. T'estimo, un petó. La mama.
ResponderEliminarIgone!!
ResponderEliminarEsan didatenez zure euskera ez dago oso ondo eta horregatik euskeraz idazten dizut gutxienez guztiz ez ahazteko ;)
Ikusten dudanez bikain zabiltza hortik eta asko pozten nahiz oso ondo pasa eta ea laister ikusten garen!! zaila dirudi ez zarelako emendik ezta agertzen ere jajaja.
muxu handi bat leire
Leire mi niñaaa!
ResponderEliminarVoy a necesitar un intensivo contigo cuando vuelva... porque no andas muy desencaminadaa! jajaja.
Nos vemos prontito... en dos mesecitos!
Muxu handi handi bat!
Igone